Maurice Blanchot
No se trata de un intercambio indefinido de réplicas.
La forma burguesa universal del drama nos ha hecho olvidar (…)
que el teatro, en su origen, no es de ningún modo un lugar de conversación y no
ha nacido de la necesidad de poner en escena seres para que intercambien indefinidamente
réplicas. Las primeras grandes figuras escénicas, mezcladas todavía con el
silencio original, apenas hablan y sólo se hablan excepcionalmente y de una
manera casi fortuita, por un encuentro inesperado, violento e instantáneo. Como
si el habla siguiera siendo un acontecimiento raro, maravilloso y peligroso, y
como si el habla del teatro aún estuviese a mitad de camino entre la silenciosa
impasibilidad de los dioses y la actividad hablante y sufriente de los hombres.
Tragedia sin héroe, lenguaje casi sin sujeto.