martes, 4 de diciembre de 2012


Es el defecto, estúpido

Lo que voy a transcribir fue publicado en el Suplemento Radar, de Página 12, el domingo 25 de noviembre pasado. Es una nota a tres escritores brasileños, Bernardo Carvalho, Andrea del Fuego y Altair Martins, en ocasión de una visita que hicieron a Buenos Aires para participar en un encuentro en el Malba sobre la literatura de su país.
En un momento, Carvalho habla sobre modelos establecidos de escritura en la actualidad. Sabemos que cuando hay un modelo, hay una diferencia entre lo que está bien y lo que está mal. Sabemos también que esos modelos suelen ser formulados y sostenidos por el mercado. Y que el criterio que al mercado le permite diferenciar lo bueno de lo malo está en relación a las ventas que una obra produce.
La diferencia no tiene lugar en esta lógica, puesto que es la expresión de una desviación respecto del modelo establecido. Por lo tanto, el destino de lo diferente es el rechazo, su ocultamiento o la más completa ignorancia.
Mientras lo homogéneo valida, lo diferente interroga. ¿Y acaso hay algo más inútil que buscar preguntas allí donde únicamente se acepta la escritura de respuestas?

Bueno, aquí va la transcripción prometida de un fragmento del artículo:

El realismo urbano, sin embargo, también ha cobrado un espacio importante en la producción literaria más reciente, y es sobre la proliferación de esta estética que Bernardo Carvalho apunta: “Me parece que la búsqueda de esa eficiencia de la que hablaba tiene que ver con construir una estética y un lenguaje cada vez más realista en el sentido de que sea más fluido, donde haya menos ruido, menos interrupción. Hubo una época en que el error era fundamental en la literatura, el defecto era interesante porque es el defecto lo que marca la diferencia, y hoy hay cada vez menos posibilidades de publicar el defecto. Cada vez es más profesional: vas a un taller literario donde aprendés técnicas, donde aprendés por qué un cuento es mejor que otro. Ahora, ¿por qué ese cuento muy malo no es maravilloso? Es eso lo interesante de la literatura. ¿Por qué el error y el defecto no es la cualidad? Hay un anhelo muy grande por parte de Brasil de querer participar en esa especie de concierto universal literario. (…) Entonces pienso que el modelo de literatura que se está creando es un modelo con varias diferencias entre autores, pero es un modelo basado en la tradición anglosajona reciente, que es el modelo del mercado”.